Paella de verduras

Este sábado nos propusimos hacer una paella de verduras: el tiempo acompañaba, la compañía era grata y la terraza de Reme y José nos estaba esperando.

Ingredientes:
(Para ocho personas)
1kg de arroz
1/4 kg de judia verde
125 gr de garrofón
1/2 kg de setas (nosotros pusimos: champiñón, rebollón, seta de cardo)
4 ó 5 alcachofas
1 pimiento rojo
2 pimientos verdes
3 ó 4 lítros de caldo de pollo
1/4 Tomate triturado
1/4 l de aceite de oliva
Sal
Pimentón
Azafrán o colorante alimentario

A la faena

Lo primero que debemos hacer es preparar todas las verduras, el corte y tamaño va al gusto, incluso las verduras que pongamos también, a esta paella le va mucho la col y sus derivados, pero esta vez por respeto a Vicente que no le gusta, no le pusimos. Es que Reme es muy buena :-)

Echamos el aceite en la paella, salamos y sofreímos bien todas las verduras.

 

 Una vez esté todo en su punto añadimos el tomate triturado, le damos unas vueltas y a continuación el pimentón. El garrofón si es fresco también debe de sofreírse, si es congelado lo pondremos junto con el caldo.

Le añadimos el caldo, vemos cuánto necesitamos llenando la paella casi hasta el borde para luego dejarla reducir hasta la altura de las asas o un poco menos. De todas formas he de decir que esta paella nuestra es de las de kilo y medio, si utilizáis la paella de kilo sale perfecto la medida de la altura de asas. El problema es que nos gusta que salga finita la capa de arroz y hemos de utilizar paellas más grandes para conseguirlo.

Una vez ha reducido a nuestro gusto, probamos de sal, rectificamos y añadimos el arroz.

Este, como todos sabemos, debe hervir de 18 a 20 minutos, según el gusto de los comensales, ahí radica el riesgo de los cocineros, todo lo anterior es paciencia.

Un consejo para controlar las paellas es ponerle fuego fuerte al principio y a partir los diez minutos primeros ir controlando el fuego, con esta paella en especial tuvimos problemas ya que el paellero recogía mucho calor en el fondo y poco en la parte delantera, no hervía uniformemente y le tuvimos que dar la vuelta.

Después de estas avemturas pudimos disfrutar de un arroz de verduras muy rico, nuestros amigotes criticaron el punto del arroz, como todo buen valenciano, pero el resultado fue este.

¿Creéis que les gustó?

 Un éxito además acompañado por un vinito tinto muy rico (compramos tinto suave, al arroz le va todo) y de postre la tarta de Carmen, demasiado, tendremos que empezar a pensar en la operación biquini ;-)

Reme.

Tarta de chocolate y galletas

Para acompañar la paella de verduras de Reme decidí hacer una tarta de galletas de toda la vida.  Esta tarta está buenísima es muy fácil de hacer y se hace muy rápido.

INGREDIENTES

1 Paquete de galletas rectangulares tostadas.

1 brick de nata para montar de 500ml.

1 paquete de 400gr. de chocolate a la taza.

2 tazas de café con leche descafeinado.

PREPARACION

Preparar el chocolate a la taza, utilizar todo el paquete, pero poner más proporción de chocolate de la que te indica en el paquete para que salga  más espeso. (Normalmente pondrá dos cucharadas de chocolate por cada taza de leche, yo le añadí una cucharada más por taza). Dejarlo que se enfríe un poco.

Montar toda la nata con las varillas de la batidora, según indica en el envase.

Preparar dos tazas de café con leche descafeinado (también se puede hacer solo con café,  la tarta os saldrá con más sabor a café.)

Se busca una bandeja plana o una bandeja de esas de cartón de pastelería y le ponéis  papel de aluminio.

Se van mojando las galletas con el café con leche, se sumergen completamente pero solo durante un segundo para que no se deshagan y se van poniendo capas de galletas.

Las capas se van rellenando de chocolate y nata alternando. Y le ponéis las capas que queráis. Yo le puse ocho.

La capa final se cubre toda de chocolate , y si queréis la podéis decorar con virutas de chocolate, coco rallado, poner el nombre del cumpleañero con nata, etc. Y a la nevera!!!  Si os gusta el chocolate y las galletas, seguro que os gustará.
Carmen.

Buñuelos de calabaza

Cuando llega marzo Valencia huele a pólvora y buñuelos, las Fallas ya están aquí.

Hoy hemos hecho buñuelos de calabaza para la familia y amigos :-) A mí me ayudaron mi tía y mi hija, esto lleva mucha faena y todo apoyo es poco, luego vinieron más refuerzos, acabamos trabajando todos. Esto de hacer buñuelos en casa es una tradición que he heredado de mi abuela, a ella le gustan más los buñuelos de viento y por eso también hice unos pocos.

Para 10 personas

Ingredientes:
1 kg de harina
75gr de levadura fresca
Una cucharadita de sal
Agua templada
1/4 de calabaza asada
Ralladura de limón
4 litros de aceite suave de oliva

Para acompañar los buñuelos: chocolate calentito.

Lo primero, es deshacer la levadura en el lebrillo con agua templada, añadimos la cucharadita de sal, una vez están disueltas vamos incorporando harina y agua mientras vamos amasando.

Esta masa hay que trabajarla mucho e ir añadiendo a poquitos el agua y la harina, para que nos salga el punto que necesitamos para poder trabajarla luego.
Mi abuela dice que hay que darle la paliza y que la masa debe caer como una cortina para que esté en su punto.

Cuando ya no queden grumos y hayamos obtenido el punto que deseamos la tapamos con un paño limpio para que suba la masa (esto tardará una media hora más menos).
Después añadimos la calabaza, tenemos que quitarle los hilos y cosas duras que no deseamos encontrarnos en el buñuelo, por último la ralladura de limón. La volvemos a dejar reposar otra media hora.
Mientras podemos preparar el chocolate, así lo tendremos hecho y caliente cuando los buñuelos vayan saliendo.

Una vez preparado todo, calentamos el aceite y será el momento de empezar a freir. Para comprobar que el aceite está en su punto de calor echamos un poquito de masa, esta debe subir flotando enseguida.

El movimiento de la mano cuando los ponemos en el aceite es esencial para que salga el agujerito, pero no os preocupéis cada uno sale a su manera, como dice mi tía: "por eso se les llaman bunyols"

 

 Espero que os gusten, nosotros nos pusimos las botas.

Valencia en Fallas es una auténtica maravilla (siempre que os guste el jaleo y la fiesta). Podemos disfrutar con sus trajes regionales, la pólvora, las luces, la música, los monumentos que te sorprenden en plena calle, la Virgen de los Desamparados, una alucinante experiencia para los sentidos en cuanto entras por la calle Caballeros ves a lo lejos esa imagen impresionante y podemos disfrutar de un olor embriagador.
Deseo que paséis unas Felices Fallas.

 

 

Sonia :-)

en el mercado central

Ir al mercado central siempre es un placer. Sobre todo en esta época del año, en el mes de marzo, cuando faltan unos días para la primavera y a pocos días de las fallas, hacen que Valencia sea una ciudad llena de vida.

La ubicación del meracdo central, entre el edificio de  La lonja de la seda y la Iglesia de los Santos Juanes es una maravilla. 

Entramos en el mercado, una construcción modernista sin estilo definido, pero bonito,  su cúpula central y todas sus vidrieras hace que esté iluminado todo el interior con luz natural.

Casi doscientos puestos de frutas, verduras, pescado, carne, panaderias, etc. hace que el mercado central sea uno de los mayores centros europeos de comercio de productos frescos.

.....y hace que te den ganas de comprarlo todo...esas fresas brillantes, esos tomates tan rojos y toda la variedad de productos que no los puedes encontrar en un supermercado.

Quedamos para ir sin ningún objetivo concreto de compra, pero una vez allí y después de un suculento almuerzo en uno de los bares del interior, nos ponemos a comprar...

El encanto del mercado central es el contacto directo con el vendedor, casi siempre dispuesto a asesorarte y a ofrecerte sus mejores productos, y si algún comerciante nos engaña....como dice Sonia, ya no volveremos a comprarle y listo.

Nuestro objetivo es el regateo y conseguir calidad al mejor precio posible.
Conseguimos sardinas a buen precio, calçots de temporada y pulpitos,  ya está decidida la cena!!

Calçots con salsa romescu y sardinas con picada l'orxana

Hoy nos hemos ido al mercado y después de mucho deliberar, como veréis en la otra entrada, nos hemos decidido por algo totalmente de temporada, calçots y sardinas.

Las sardinas estaban a muy buen precio, 5€ los dos kilos, y el tamaño era exactamente el que necesitábamos porque las íbamos a hacer al fuego, a torrar.
Los calçots costaron a 5.50€ el manojo de 25, compramos dos porque esta maravilla se come sin sentir.

Ingredientes:
Para 6 personas
2 manojos de 25 calçots cada uno
2 kilos de sardinas

Salsa romescu: 
1 ó 2 tomates maduros
6 ajos
1 pimiento rojo (realmente la salsa romescu lleva ñora, pero se me olvidó por completo y la tuve que sustituir por pimiento, perdón)
10 ó 12 almendras
10 ó 12 avellanas
4 rebanadas de pan frito
aceite de oliva
1 cucharadita de vinagre
sal

Picada l'orxana:
5 dientes de ajo
perejil
almendras
avellanas (al gusto)
medio limón
aceite de oliva
sal
 

 

 
Lo primero que debemos hacer es preparar la salsa romescu, ya que eso lleva un poco de tiempo. Debemos meter al horno los tomates, el pimiento y los ajos regados con un poco de aceite de oliva, a 170º durante aproximadamente una hora. Cuando todo esté hecho, toca pelar  los ingredientes e ir poniéndolos en el vaso de la trituradora junto con el resto de ingredientes, ya habremos frito las rebanadas de pan, trituramos todo y rectificamos de sal al gusto.
La foto de la salsa no es muy estupenda, pero el sabor es espectacular.

La picada l'orxana que le vamos a poner a las sardinas la hemos hecho en mortero, hay que ir machacando poco a poco todos los ingredientes, por úlitmo añadir el limón y el aceite.

Con las salsas preparadas nos vamos al fuego, primero los calçots.

Así según van saliendo podemos ir degustando esta maravilla. Se limpia lo quemadito de fuera, se unta en salsa romescu y a disfrutar.

Como José.

Después preparamos las sardinas, estas las acompañaremos con la picada, enseguida a la mesa. ¡Ojo, qué no se enfríe! Buen provecho.

El calçot es una variedad de cebolla que se cultiva y se consume en Cataluña, en la zona del Ebro y la comarca de Alt Camp. Es un plato típico de la gastronomía catalana que suele consumirse con salsa romescu, acompañado de embutidos y carnes de la zona.
En Valencia, ahora también se está dando bien este cultivo lo que hace que llegue a nuestros bolsillos con un precio más asequible que anteriormente.
Nosotros hemos acompañado los calçots con sardinas porque preparamos cena y nuestros estómagos después se resienten de los atracones nocturnos.
Recomiendo que lo probéis, quedaréis encantados.
Sonia ;-)